Es indudable que en el mundo del boxeo existe una raza de atletas que provocan la excitación de los aficionados. Estos son los noqueadores, aquellos atletas que ostentan records con altos porcentajes de victorias por Knockout, notoriamente estos deportistas gozan del privilegio de ser por excelencia los púgiles más temidos y los más codiciados ya que la expectativa de culminar un combate está latente de un momento al otro del match.
Desde el punto de vista físico los noqueadores tienen un punto alto en común, y es una alta dosis de fuerza explosiva disponible la cual se transfiere a los gestos deportivos en distintos golpes en una relación de utilización de la fuerza y el tiempo necesario para ejecutarla en movimiento. El estimulo cerebral para aplicar una acción de fuerza en 900 mseg requiere una intensidad de 500 Hz, la magnitud del entrenamiento sumado a capacidades innatas llega a generar estímulos que sobrepasan los 100 Hz, es decir que la fuerza explosiva es una producción de fuerza en una unidad de tiempo.
FUERZA Y VELOCIDAD
Existe un viejo precepto que literalmente dice “con menos fuerza, mayor será la potencia”; el mismo precepto está basado en que la fuerza y la velocidad mantienen una relación directamente opuestas entre si, con lo cual la interpretación sería que cuanto mas velocidad emplee nuestro atleta, menor será la fuerza que pueda emplear en un gesto deportivo y viceversa. Sin embargo los avances científicos han producido metodologías de trabajo que como resultado han expresado un resultado completamente inverso, es decir que podemos lograr arrojar, golpear o empujar con mayor fuerza en movimientos que tengan una gran utilización de velocidad y es justamente como se presenta la fuerza explosiv
ES POSIBLE OPTIMIZAR LA FUERZA EXPLOSIVA
Evidentemente existen distintas características no solo físicas que tiene que ver con la estructura física del atleta, sino que además se hallan contenidos en el sistema nervioso relacionados íntimamente con las capacidades psico-motrices, la fisiología hormonal también juega un papel preponderante y son estos tres factores los que debemos trabajar para aumentar las capacidades de nuestros atletas
Con respecto al trabajo muscular si bien es imprescindible trabajar todas las fibras musculares, en el trabajo de la fuerza explosiva son las fibras rápidas las que generan movimientos de fuerza en distintos tipos de velocidad ya que se contraen rápidamente y por ende tienen una producción de fuerza mayor aunque se fatigan antes que las fibras lentas
Los impulsos nerviosos que generan una acción de contracción que culmina en la ejecución de un gesto deportivo ocurren cuando se produce una acción sincronizada en las unidades motoras las cuales tienen su epicentro en la medula espinal. Esta contracción sincronizada es un impulso eléctrico que viaja hacia los extremos de las fibras musculares ordenando la contracción inmediata
Las repeticiones en serie de ejercicios dinámicos, en entrenamientos con variaciones de carga estimularán al sistema nervioso produciendo además un extraordinario trabajo sobre las distintas cadenas musculares optimizando la Fuerza Explosiva. Por otro lado los ejercicios dinámicos integrados activan de una manera extraordinaria las unidades motoras aumentando la producción hormonal, es claro que el entrenamiento en si es un desequilibrio físico-biológico. Otro punto importante a desarrollar son los romboides (músculos que sostienen las escápulas).
Es claro que la variación de las cargas dependerá de las características de cada atleta, tomando como consideración que a mayor volumen de carga de entrenamiento, mayor será el resultado siempre que el mismo se realice en forma gradual durante los primeros años de entrenamiento. Indudablemente cada atleta es un individuo y como tal siempre contará con sus valores imponderables de entrenamiento.
Jorge Porfilio Cubiló
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